“Cordón Sanitario”
Función por
streaming de la compañía Teatro Conciencia de Valparaíso.
Actuación:
Macarena Paredes.
Dirección:
Christián Verdejo.
Transmisión por
programa Zoom.
El experimento audiovisual en tiempo real creado por
Teatro Conciencia no puede pasar desapercibido entre la oferta virtual que
ofrecen las plataformas comunicacionales en esta época de pandemia.
Instalada en un abanico de posibilidades que permiten
visitar obras grabadas para la posteridad y trabajos que se presentan en el
riesgo de la transmisión en vivo sin un receptor concreto presente para los
intérpretes escénicos, “Cordón Sanitario” surge como una experiencia intensa, a
ratos al límite de la codificación signos y emociones para el receptor.
Instalada en un baño habilitado como un setting de 360º se
encuentra una mujer contagiada de COVID – 19 que ha escapado del hospital de
Valparaíso, recluyéndose por cuenta propia y transmitiendo conscientemente a quienes
puedan recibir su mensaje. Un mensaje que, considerando las circunstancias de
la anécdota, permite que desde el texto se crucen palabras y consignas que
deambulan desde la misma pandemia al movimiento social, las estructuras políticas,
la poesía y los deseos de trascendencia en un acto performático único.
Aquí, en esta cápsula de intensidad que se percibe en los
aparatos de comunicación virtual, Macarena Paredes susurra, vomita, explica y
contiene un texto diversificado en una estructura líquida, con un trabajo que
en cámara se ve de una sinceridad absoluta, haciendo uso de un estilo de interpretación
propio del mundo del cine, del cortometraje, donde el gesto y la emoción
requieren generalmente de ese difícil terreno que es la verdad antes que los artificios
histriónicos que permite el teatro en el escenario convencional. La estructura
de manifiesto desde la palabra se codifica en una dinámica de reconocimiento del
lugar físico de la obra para el receptor a través del juego de manipulación de
la cámara, que no solo permite entrar en la dinámica del goce intelectual (Entendiendo
con esto el valorar las soluciones escénicas en un formato tan frío como el ver
una obra por cámara) sino también en la empatía con la ficción, con el discurso
y con las emociones del personaje.
Es este punto un valor agregado para “Cordón Sanitario”
ya que el teléfono de transmisión (Que el día de la función presentó problemas
técnicos de audio e incluso quedó en función de “apagado” lo que extrañamente
aportó como evidencia del rango de riesgo de una propuesta como ésta) es un
elemento que literalmente ingresa en el espacio, entregando planos, colores,
intensidad con un valor interpretativo que mezcla lo surrealista y lo
expresionista en diferentes momentos. Punto a parte la ejemplificación de esos
momentos. Sí es importante señalar que el realismo obligatorio que va de la
mano con estos formatos se rompe de forma continua y coherente. Un verdadero
acierto desde la conceptualización de la dirección, que debe hacerse cargo aún de
los detalles técnicos mencionados. La potencia de la apuesta creativa no puede
estar supeditada a las limitantes materiales.
La propuesta, se relaciona bastante con lo visto en
ocasión anterior con “Hacha (Esto no es una obra de teatro)” de la Cía. Teatro
La Peste; hay un lenguaje común que resulta interesante, aportativo y que puede
marcar una referencia creativa al momento que se está viviendo. Desde
Valparaíso ha surgido una manera de afrontar el desafío creativo de teatro –
streaming – confinamiento que marca una gran diferencia con otros lenguajes que
se experimentan bajo las mismas circunstancias, pero en otros formatos.
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