lunes, 6 de julio de 2020

¿Ayuda la virtualidad a la descentralización cultural? ¿Quién dijo eso?


Una vez iniciado el cierre de los espacios que albergan actividades culturales (El Centro Cultural de Quillota entre ellos) tanto los artistas como los mismos administradores de los recintos con programación suspendida comenzaron a buscar alternativas para enfrentar una situación desventajosa bajo todo punto de vista. Comentario repetido y no menos cierto ya que un alto porcentaje del modelo comercial de oferta y demanda de los artistas es en la actividad en vivo, sea función, concierto, exhibición o intervención. Y dentro de esta torta a repartir (Que en el caso de las regiones, no es una de las que arma Buddy Valastro en "Cake Boss") los porcentajes se dividen entre ambos estamentos además del correspondiente pago de los derechos de autor.

Es imposible negar que para quienes tienen acceso a aparatos tecnológicos (Primera brecha de precariedad) y a una conexión decente a internet (Azar de la geografía y de la empresa que toque entregar ese servicio) las posibilidades que se abrieron a nivel mundial fueron casi como una avalancha de regalos con conciertos liberados, artistas famosos abriendo sus casa a través de las redes sociales y formatos de captación de intereses masivos. En un plazo de tres semanas tuvimos conciertos gratuitos de Depeche Mode, a Estopa cantando desde sus casa por instagram y a Brian May dando clases de guitarra enseñando el solo de Bohemian Rapsody

Pasando las semanas, a nivel nacional comenzó una pesquisa urgente y necesaria de datos correspondiente a los intereses y disponibilidad de los públicos a presenciar, compartir y pagar por trabajos de artes escénicas que tuvieran material grabado anterior a la pandemia, o que contaran con la disponibilidad de adaptar su formato a la muestra virtual.

Y es aquí donde comienza a trasladarse al mundo digital lo que es una circunstancia concreta en el mundo real.


"Los Patapelá" grupo participante de FESTICRIN. Producción regional.


Existen instituciones y espacios de gestión con mayor soporte mediático, técnico y de archivo; instituciones que en su funcionamiento de producción cuentan con material de registro amparado en los contratos de funciones y de material intelectual, es decir, que tienen fondos en su presupuesto para ese modelo de gestión. Existen artistas con carreras exitosas  y público cautivo, particularmente desde la música , el cine y la televisión, que con una transmisión en vivo por instagram o facebook live pueden convocar a miles de personas.

¿Y qué tienen los espacios auto gestionados? ¿Cuál es el soporte de los edificios administrados públicamente pero sin recursos directos del estado?

Sin registro de obras (Y aunque hubieran, se debe negociar con las compañías para transmitirlos) y con los soportes mutimedia que tengan a mano, los diferentes edificios e instituciones independientes precarizadas han armado ofertas que van desde talleres on line, compilado de registros de eventos pasados y la asociatividad con eventos de alto impacto mediático para compartir con sus públicos. Charlas compartidas. Funciones compartidas. Eventos compartidos.

La mayoría de artistas y gestiones provenientes de Santiago. O del extranjero.

Con la urgencia de mantener el contacto con los públicos (Proceso difícil que en Quillota había iniciado un proceso con muchos desafíos) se ha hecho perentorio acoplarse a la metodología de asociación entre espacios regionales y nacionales. Pero los mayores perjudicados con esta solución son los artistas locales.

Así como en los eventos presenciales los creadores locales cuentan con mayor margen de riesgo y de pérdida en sus eventos particulares, en el mundo virtual la situación es dramáticamente similar y cobra ribetes más quijotescos.

Un cantautor quillotano, un compañía calerana, una performer de Limache ¿Van a tener impacto mediático en redes sociales para ser vistos y conseguir algún tipo de apoyo económico de su trabajo? ¿Podrán equiparar sus ingresos económicos detenidos por la pandemia a través de funciones y talleres on line? ¿Se podrán hacer notar ante la avalancha de ofertas culturales que sostiene la virtualidad con espectáculos con una calidad de transmisión de primera línea, soporte de profesionales en formatos web y artistas mediáticos conocidos con anterioridad?


                  Foto de tuiteroscultura.cl "Yorick, la historia de Hamlet."


Es cierto que la virtualidad ayuda a la descentralización. La que corresponde al acceso de aquellos que cuentan con el smartphone y la conectividad desde algún lugar remoto del país (el viernes al fin pude ver el unipersonal "Yorick, la historia de Hamlet" de Francisco Reyes por la web de romeroycampbell.cl, muy recomendable, oye...) pero bajo ningún punto de vista es una solución para visibilizar el trabajo de creadores regionales. Aunque sí colabora a poder llegar a nuevas audiencias, la virtualidad no garantiza impacto ni mantención económica para los artistas independientes.

Descentralizar no solo es acceder. También es promover.


Entonces, se repite el fenómeno que ocurría en aquellos tiempos idos donde se podía optar a alguna actividad cultural los fines de semana. La ventaja la tiene la producción con mayor difusión, con rostros en su programación o títulos poperos que van de la mano con el director o guionista de turno. Es decir, si ya la situación a nivel nacional es mala (La plataforma escenix.cl cuenta con visitas y obras disponible, pero en la marcha tuvo que empezar a trabajar de forma gratuita para la captación de públicos) la de los artistas de provincia es mucho, mucho peor.

Espacios promovidos desde Quillota en transmisiones con pasada de gorra virtual y entrevistas para dar a conocer a los creadores locales son intentos de apoyo, siendo aun insuficientes para acercarse en algo a lo que era la regularidad económica a la que podían intentar acceder hasta febrero de este año.


                                            
Charla gestada por el Director de Cultura, Carlos Carmona Bermúdez.


Y cerrando el tema que vuelve a poner la atención en la situación paria de los artistas nacionales, que además de hacer su trabajo creativo tienen que ser productores, periodistas, relacionadores públicos y estrategas en multimedia, dejar en claro que esta situación no es responsabilidad de los espacios centralizados y con mayor mochila para afrontar la pandemia. Esos mismos son los que dentro de su adaptación han ido sumando públicos y ayudando a la asociatividad territorial con diferentes estamentos. Se hace urgente una intervención estratégica del estado, no solo desde el MINCAP, que incluya la intervención de otras administraciones y amplitud de estrategias económics. Sin fondos concursables, sin segregación política.

Si hubo la disposición gubernamental de apoyar en miles de millones de pesos a una empresa multinacional que ha recibido apoyo de sus dueños multimillnarios para mantener la firma ¿Desde qué piso de la Torre de Babel contemplan la debacle del patrimonio inmaterial de los cultores artisticos nacionales?

Tengo la esperanza que los planes regionales desde SEREMI pueda generar una ayuda real a los artistas de la zona. Pero no serán una solución definitiva a largo plazo.






No hay comentarios:

Publicar un comentario