sábado, 18 de julio de 2020

Propuestas minimalistas en tiempos de pandemia. Dos ejemplos de creación escénica llevada a la virtualidad.

La conectividad no garantiza democratización cultural ni descentralización de las artes. Desde el límite práctico de contar con aparatos apropiados y servicios mínimos no indispensables para poder ver un trabajo artístico en la comodidad subjetiva de la casa, hasta el valorizar una experiencia que pase por lo estético y permita realmente vivir un paréntesis de las reflexiones cotidianas y acciones inconscientes del día a día. Hay un abismo en esas verdades que se intentan instalar con lo que pasa en el mundo real, donde se convive con estilos de vida diferentes, núcleos familiares diferentes y entornos socioculturales diferentes.

El margen es borroso ya que existen muchos artistas creando en formatos nuevos por obligación desde la precariedad, impulso imaginario o experimentación estética. Para los espectadores que pueden ser receptores de esos trabajos, sean todos bienvenidos y por miles de bytes por segundo.

El punto es que no es suficiente abrir la pantalla, desbloquear el computador y ponerse los audífonos para disfrutar de un trabajo digital. Para que el trabajo que proviene de las artes escénicas tenga un rito especial en el espectador, debe contar con una disposición previa a la pausa y con productos (Horrible palabra para denominar la creación artística)  que colaboren a ese momento especial, diferente a la contemplación de películas de acción o de partidos de fútbol en directo.

En pugna está la competencia entre lo que usualmente ofrecen los medios de comunicación, versus los trabajos que se adaptan o surgen desde las disciplinas de las artes escénicas, tendiendo como campo de batalla un formato que los primeros han dominado por décadas.

Pepe Zapata, gestor cultural catalán experto en marketing y comunicación cultural, en un artículo llamado "Transformación de las Artes Escénicas en la Era Digital" (Disponible en PDF por Google, colegas.) plantea diferentes desafíos en la instalación del mundo de las artes en las plataformas que hoy en día son la alternativa de comunicación entre creador y espectador. Se extiende en ejemplos que cuestionan lo presencial con lo virtual, la continuidad de la experiencia escénica y el rol de co-creadores de los públicos modernos.En el mismo, cita al sociólogo polaco Zigmunt Bauman diciendo que la cultura "ya no tiene un populacho al que instruir, sino un cliente al cual seducir."

Algo ya se veía venir en el fenómeno de "customización" del que hablaba Fabiola Matte en los albores del Teatro Gabinete en la década pasada.

Entonces, la oferta se abre paso ante un demandante que tiene a mano no solo las alternativas de otros creadores escénicos, sino también de la industria comunicacional de Netflix, Amazon, Espn, Hbo.

¿Y cuándo el lenguaje escénico sigue siéndolo sin convertirse en una versión audiovisual de algo que intenta ser otra cosa? Ejemplos de intentos en el mundo cultural nacional hay muchos, desde la versión de "La Pérgola de las Flores" en los años setenta hasta la adaptación de "La Negra Ester" en los años noventa.

Por ahora, dejo nota de dos trabajos audiovisuales provenientes de disciplinas escénicas nacionales, que presentan formatos interesantes para un público que no necesariamente sea un habitué de la función presencial previo a la pandemia. Ejemplos de montajes que incentivan los sentidos, dando posibilidad de interpretación y desarrollo imaginativo para quienes los vean, no solo a nivel intelectual sino desde el espectro emocional; rasgo que debiese diferenciar el trabajo desde los escénico en antagonismo con los productos comerciales del mercado.



Gregorio Burgos. Audiocuentos y Cortos Animados

Gregorio Burgos es un escritor, cuentacuentista y actor profesional con una larga trayectoria en el trabajo con niños y jóvenes. Radicado en la Región de Valparaíso, en la comuna de Algarrobo, mantiene en su página web manucultura.cl ejemplos de su repertorio y los trabajos que ofrece en formatos adaptados por los tiempos de pandemia.


En las últimas semanas, ofrece un trabajo audiovisual del cuento de Hans Christian Andersen, "La Vendedora de Fósforos." El montaje considera la presentación de espacios y personajes con material reciclado, permitiendo apreciar una manofactura artesanal muy evocativa para el público, en especial para las niñas y niños, ya que su realización no se diferencia de lo que podrían hacer en su propia casa. Se percibe una intención en este formato que no entra en conflicto con la pulcritud y ejecución de la narración del cuento, siendo apoyado por un universo sonoro muy acogedor y atmosférico, además de una dirección de cámara notable. Es una creación lúdica que promueve a su vez la imaginación de quienes la ven, diferente al fenómeno mediático donde se entrega todo hecho a la codificación neuronal.

La nieve, los fósforos, la edición del trabajo en su conjunto son un descanso ante la avalancha de imágenes que da la virtualidad, entregando cobijo para los oídos y un espacio de encuentro real entre la propuesta creativa con los espectadores. El trabajo realizado entre Gregorio Burgos y Claudio Aguirre son una alterativa muy valiosa para compartir en estas semanas de aislamiento. Recomiendo visitar su página y conocer de sus propuestas, que se renuevan semana a semana.


TERKO Artes Escénicas

Navegando por las amistosas publicaciones en mundo Twitter, es posible encontrar la cuenta @TerkoTeatro. Compañía dedicada a la creación teatral para niñas, niños y jóvenes; ha realizado giras nacionales incluyendo comunas de la Región de Valparaíso, además de participar en festivales temáticos como la reconocida FAMFEST, temporadas en teatro de la Región Metropolitana y espectáculos callejeros familiares.



Para la contingencia por Covid-19 han gestionado un espacio llamado #Experimentoen40tena al cual es posible acceder por sus publicaciones en su canal de Youtube. Ejercicios de experimentación desde la casa, se instalan como un medio de vinculación con los espectadores, manteniendo activa la conexión creativa con su público. Es en este margen de continuidad donde su propuesta "Arrebol" nace como una mezcla de montaje audiovisual y danza, mostrando una historia sin texto en donde el diseño y la música son protagonistas intensos. La intervención en movimiento toma un sentido de amplitud de emociones,  transformando el cuadro de inicio e interactuando con los elementos en un lenguaje gestual que no resulta hermético ni ajeno. La ejecución desde la iluminación, la manipulación de objetos y la narrativa visual de "Arrebol" llenan hasta el tope los siete minutos de extensión, teniendo un particular efecto de enganche en el eterno zapping de contenidos entre las publicaciones de redes sociales. En los créditos, Gabriela Bravo como intérprete y Nélson Álvarez en la realización y manipulación escénica. Todo un aporte a las alternativas que surgen desde el teatro a los formatos digitales.


Propuestas artísticas de gran nivel técnico y narrativo, para tener una pausa familiar y un encuentro con las niñas y niños en la casa. Trabajos que ejemplifican el camino entre las disciplinas escénicas con el devenir conceptual en que el mundo de las artes ejecuta su desarrollo.












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